Santiago Martínez

Santiago Martínez

lunes, 22 de octubre de 2012

El proceso de adaptación



Queridos blogueros:

Este mes quiero compartir con vosotros una pequeña reflexión sobre los procesos de adaptación en los centros residenciales de la tercera edad.

El ser humano es un ser resiliente, es decir, es un ser adaptable, posee la capacidad de superar los cambios que impone la vida. Durante la vida experimentamos continuos procesos de adaptación, por no decir, que la vida es un proceso de adaptación continuo. Vamos experimentando cambios físicos, psíquicos y sociales constantes. En cada ser humano esos cambios tienen una duración diferente por eso cada ser humano es único.

Cada mayor cuando le llega el momento de ingresar en un centro residencial se enfrenta a un cambio importante en su vida al que debemos prestar especial atención y tratar con el mayor cariño. No nos olvidemos de los familiares que  para ellos también supone un cambio en sus vidas precedido de decisiones y experiencias.

Debemos acoger al mayor con cariño, observarlo y dejar que observe, mostrarnos solícitos sin agobiarlo. Tenemos que darle tiempo para:

Asimilar las normas del centro,
Conocer a los nuevos compañeros,
Conocer  a los nuevos cuidadores,
Ubicarse en la residencia y orientarse,
Perder la desconfianza.
Reestructurar su vida personal, temporal, espacial y socialmente…

A cada mayor le lleva su tiempo, dependiendo de su estado físico, psíquico y social. Yo por norma les dejo un mes y a partir de ahí, sino antes, ya les invito a hacer actividades teniendo en cuenta que un no hoy puede ser un tal vez mañana. Nunca se fuerza a nadie a colaborar, lo considero contraproducente.

Es importante hacer entender a los familiares que deben dejar a su mayor un tiempo para que se adapten antes de visitarlos con asiduidad, pueden llamar por teléfono, hacer una visita puntual. Este tiempo de distanciamiento será bueno tanto para el mayor como para el familiar para que puedan adaptarse a la nueva situación.
Debemos tener también en cuenta que muchos familiares sufren complejo de culpa. Es nuestro deber comprenderlos y ayudarles a entender que su familiar está en buenas manos.

Desde el primer día el mayor tiene que ser tratado como parte integrante de la comunidad residencial informándole de todo lo qué se hace y porqué se hace. Teniendo siempre en cuenta su opinión, gustos y preferencias. Trabajando por su bienestar y para que tenga la mayor autonomía posible.

Quiero acabar con la frase de Luis Rojas Marcos: " Las personas que comparten y expresan sus sentimientos se adaptan mejor a los cambios"  

 Un fraternal saludo.

1 comentario:

  1. tienes razón Santiago en el momento delicado que supone para el mayor el ingreso en un centro residencial, así lo he vivido yo cuando trabajaba en él...
    por cierto¿como recibir tus nuevas entradas? ademas te añado como blog de interés al mío
    saludos!!

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