1 Tener buen humor, aceptarse a si mismo y a la vida con alegría a pesar de fallos y dificultades. Estando dispuestos a compartir nuestras experiencias.
2 No perder la paciencia ni discutir jamás con el mayor. Evitaremos siempre exteriorizar resentimientos u hostilidad.
3 Debemos tener siempre claro nuestro objetivo, siendo flexibles en el modo y manera de llegar a este y escuchando activamente lo que nos tengan que decir.
4 Nunca se tratará al mayor como a un niño, evitaremos el tuteo hasta que se nos indique lo contrario, respetando su dignidad.
5 Debemos ser educados y corteses, respetando su intimidad haciendo incapie en la ayuda de amistad y no en la de necesidad, respetando sus costumbres y gustos.
6 Hacer que los mayores se sientan bien acogidos mediante la sonrisa, un tono de voz interesado, cariñoso, sincero y mirándolos a los ojos.
7 Hablaremos de forma clara, frases cortas y precisas, con las palabras claves bien diferenciadas y a ser posible de frente y cara a cara.
8 Estimularemos siempre la confianza, la motivación y la cooperación.
9 Sus progresos deben ser mostrados y reforzados, pero no daremos falsas esperanzas, marcaremos objetivos razonables y concretos para no frustarlos.
10 Evitar ser sobresolícito cuando tenga una situación de desequilibrio emocional y, sobre todo alguna reacción catastrófica. Se cambiara su actividad o se le separará transitoriamente del grupo o lugar donde se encuentre.