Yo me equivoco
Tú te equivocas
Él se equivoca
Nosotros nos
equivocamos
Vosotros os equivocáis
Ellos se equivocan
En resumen, todos nos equivocamos porque somos humanos. Reconocer, rectificar y aprender es lo siguiente
que se debe hacer cuando se equivoca uno.
Cuando realizo cualquier taller con personas mayores tengo
claro que unas de las principales barreras que me voy a encontrar es el miedo que tienen a equivocarse, algo muy normal, porque a nadie le gusta cometer
errores.
Minimizar los errores, haciéndoles ver que equivocándose es
la forma que hay de avanzar. Tratar con
humor los errores quitándoles importancia suele ser la mejor forma de fomentar
la participación en cualquier taller.
Cuando ya todos han cometido algún error ya se sienten más desinhibidos, colaboran con ganas y se crea conciencia de
grupo.
Es curioso el poder de un error tanto puede unirnos como
separarnos. Yo creo que el secreto está
en saber reconocerlo y aprender de ello.
Pero ahí entra en juego el ego de cada uno.
Me gustaría acabar esta pequeña reflexión recomendando un
ejercicio, cuando llevéis a cabo
cualquier actividad con los mayores cometed algún error a propósito y dejad que
os corrijan. Y si los cometéis sin querer dejaros corregir. Haréis que se sientan mejor, mediréis el
grado de atención e interés y mantendrás el ego a raya.
Dice Woody Allen “Si no te equivocas de vez en cuando, es
que no lo intentas”.
No dejéis de
sonreir
Un Saludo