Buenos días blogueros.
¿A quién no le gusta la
música? ¿Quién no sintió el poder de la música en su estado de ánimo? ¿Quién no
la utilizó para celebrar algo?
Nuestros mayores son una
parte de la sociedad que fue educada con música, en su juventud la música tenía
un gran protagonismo en sus vidas. Cantaban en el colegio, cantaban en el
trabajo, se reunían para cantar, iban a bailes, cantaban en las iglesias, en
los actos públicos… En su infancia y
juventud no había televisión como ahora y la música era uno de los
entretenimientos más importantes. Se inventaban pequeñas canciones (cantigas,
cantos populares…) con las que se comunicaban de forma divertida.
Por este motivo la música no
puede faltar a la hora de trabajar con mayores. Es algo que les agrada. Me
gusta que me enseñen canciones, que saben muchas, y poder cantarlas todos
juntos. También me enseñan bailes y los transmiten con gran pasión, los viven,
igual que los cantos.
En mayores con demencia la
música les hace reaccionar. Trabajo con mayores con demencia en grado avanzado
al escuchar música que les gusta o conocen reaccionan de diversas maneras:
moviendo una mano, abriendo los ojos, moviendo la cabeza, sonriendo e incluso
mayores que casi no hablan pero al oír cantar cantan. Llegar a este tipo de
mayores es difícil y con la música lo consigo.
La música está dentro de los
tratamientos a los que llaman no farmacológicos, medicina para el alma, para la
mente y para el cuerpo.
Los principales beneficios de
la música son:
- Nos relaja.
- Ejercita la inteligencia,
ya que favorece el uso de varios razonamientos a la vez al percibir diferenciadamente
sus elementos, y sintetizarlos en la captación de un mensaje integrado, lógico
y bello.
- Nos ayuda a superar estados
anímicos depresivos o angustiosos.
- Estimula nuestras neuronas.
- Mejora y estimula nuestra
memoria.
- Mejora nuestro equilibrio
si la acompañamos con el baile.
- Nos produce placer o lo
aumenta.
- Hay estudios que demuestran
que escuchar la música que nos gusta mejora la circulación sanguínea.
- Acelera o retarda las
principales funciones orgánicas (ritmo cerebral, circulación, respiración,
digestión y metabolismo)
-Incrementa o disminuye el
tono y la energía muscular.
- Nos ayuda a relacionarnos.
En mis sesiones de
estimulación siempre está presente la música. Si hacemos actividad física pongo
música movida (verbena). Si hacemos ocio terapéutico utilizo música instrumental
(clásica). Si hacemos manualidades me decanto por música suave
(boleros, baladas, popular).
Considero importante
investigar sobre los gustos de los mayores y utilizar música que les guste.
Como para todo la música también es cuestión de gustos. Yo intento buscar
siempre un equilibrio. Por ejemplo con Manolo Escobar, Los Panchos, orquestas
filarmónicas y canciones populares nunca fallo.
Hay otro tipo de sesiones
como las de psicoestimulación en las que
la música pasa a ser el broche final, siempre acabamos escuchando una canción o
cantando. Cada cierto tiempo solemos
hacer alguna celebración en la que bailamos, cantamos y tocamos algún
instrumento.
Igual que le doy importancia
a la música también le doy importancia
al silencio.
Cuando comen prefiero que lo
hagan en silencio para evitar atragantamientos. Cuando duermen que el ambiente
esté lo más tranquilo posible. Es importante la higiene ambiental. Diferenciar los
momentos de estimulación, de ejercicio de los de tranquilidad es importante
para mantener el equilibrio entre el hacer y el descansar, siempre tengo
presente que son personas mayores.
Y para acabar recordar un
pensamiento del filósofo griego Platón “La música es para el alma lo que la
gimnasia para el cuerpo”.