Santiago Martínez

Santiago Martínez

lunes, 12 de abril de 2010

Relativiza y sé paciente.






Creo verdaderamente que la paciencia y la capacidad de relativizar las cosas son dos cualidades necesarias para trabajar con ancianos.

Con la edad los tiempos para realizar cualquier acción aumentan y nos hacemos más torpes sin querer. Debemos darle al mayor el tiempo que necesita para realizar las acciones de la vida cotidiana, no imponerle un tiempo , no estresarlo ¿quién está al servicio de quién?.

Los errores, insultos, agresiones debemos tener en cuenta de quién vienen, si es totalmente conciente o alguna demencia le nubla el entendimiento, si quiere ser más bien una llamada de atencion o una maldad en si misma. De todas maneras debemos hacerles ver que lo hecho está mal (sin gritar, ni respondiendo de la misma manera que ellos, con tranquilidad y si estamos muy alterados mejor no decir nada).

Pongamos un ejemplo: un día cualquiera en una sesión de psicoestimulación con un grupo, doña Celia (con problemas mentales) no quiere colaborar, no pasa nada, hablo con ella y me da un bofetón y grita (no tiene un buen día) la separo del grupo le explico, sin gritar y con tono tranquilo, que piense en lo que acaba de hacer y aviso a la auxiliar de la nueva situación para que la vigile. Sigo con el grupo, no le doy más importancia. Al día siguiente la señora me pide perdón.

Adopte el ritmo de la naturaleza; su secreto es la paciencia. Ralph Waldo Emerson