Santiago Martínez

Santiago Martínez

martes, 29 de mayo de 2012

La música instrumento para la estimulación.

Buenos días blogueros.

¿A quién no le gusta la música? ¿Quién no sintió el poder de la música en su estado de ánimo? ¿Quién no la utilizó para celebrar algo?

Nuestros mayores son una parte de la sociedad que fue educada con música, en su juventud la música tenía un gran protagonismo en sus vidas. Cantaban en el colegio, cantaban en el trabajo, se reunían para cantar, iban a bailes, cantaban en las iglesias, en los actos públicos…  En su infancia y juventud no había televisión como ahora y la música era uno de los entretenimientos más importantes. Se inventaban pequeñas canciones (cantigas, cantos populares…) con las que se comunicaban de forma divertida.
Por este motivo la música no puede faltar a la hora de trabajar con mayores. Es algo que les agrada. Me gusta que me enseñen canciones, que saben muchas, y poder cantarlas todos juntos. También me enseñan bailes y los transmiten con gran pasión, los viven, igual que los cantos.

En mayores con demencia la música les hace reaccionar. Trabajo con mayores con demencia en grado avanzado al escuchar música que les gusta o conocen reaccionan de diversas maneras: moviendo una mano, abriendo los ojos, moviendo la cabeza, sonriendo e incluso mayores que casi no hablan pero al oír cantar cantan. Llegar a este tipo de mayores es difícil y con la música lo consigo.

La música está dentro de los tratamientos a los que llaman no farmacológicos, medicina para el alma, para la mente y para el cuerpo.

Los principales beneficios de la música son:

- Nos relaja.
- Ejercita la inteligencia, ya que favorece el uso de varios razonamientos a la vez al percibir diferenciadamente sus elementos, y sintetizarlos en la captación de un mensaje integrado, lógico y bello.
- Nos ayuda a superar estados anímicos depresivos o angustiosos.
- Estimula nuestras neuronas.
- Mejora y estimula nuestra memoria.
- Mejora nuestro equilibrio si la acompañamos con el baile.
- Nos produce placer o lo aumenta.
- Hay estudios que demuestran que escuchar la música que nos gusta mejora la circulación sanguínea.
- Acelera o retarda las principales funciones orgánicas (ritmo cerebral, circulación, respiración, digestión y metabolismo)
-Incrementa o disminuye el tono y la energía muscular.
- Nos ayuda a relacionarnos.

En mis sesiones de estimulación siempre está presente la música. Si hacemos actividad física pongo música movida (verbena). Si hacemos ocio terapéutico utilizo música instrumental (clásica). Si hacemos manualidades me decanto por música suave (boleros, baladas, popular).

Considero importante investigar sobre los gustos de los mayores y utilizar música que les guste. Como para todo la música también es cuestión de gustos. Yo intento buscar siempre un equilibrio. Por ejemplo con Manolo Escobar, Los Panchos, orquestas filarmónicas y canciones populares nunca fallo.  

Hay otro tipo de sesiones como las de psicoestimulación  en las que la música pasa a ser el broche final, siempre acabamos escuchando una canción o cantando.  Cada cierto tiempo solemos hacer alguna celebración en la que bailamos, cantamos y tocamos algún instrumento.

Igual que le doy importancia a la música  también le doy importancia al silencio.
Cuando comen prefiero que lo hagan en silencio para evitar atragantamientos. Cuando duermen que el ambiente esté lo más tranquilo posible. Es importante la higiene ambiental. Diferenciar los momentos de estimulación, de ejercicio de los de tranquilidad es importante para mantener el equilibrio entre el hacer y el descansar, siempre tengo presente que son personas mayores.

Y para acabar recordar un pensamiento del filósofo griego Platón “La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo”.