Santiago Martínez

Santiago Martínez

lunes, 27 de junio de 2011

La flexibilidad


Hola blogueros. Hoy quiero compartir con vosotros una pequeña reflexión sobre una cualidad muy importante para trabajar con mayores, que es lo que a mi me atañe, esta cualidad es la flexibilidad.

Primeramente tengo que decir que trabajo con mayores con grados de dependencia muy diversos, e intento trabajar con todos independiente de su grado de dependencia. Mi trabajo lo realizo en pequeños centros residenciales de máximo 20 residentes mayores. En un mismo taller puede haber mayores de todos los grados de dependencia leve, moderado o grave. A mi me gusta que estén el mayor número posible, siempre y cuando no perjudiquen al grupo ni se perjudiquen ellos. Así, los de menor dependencia podrán ayudar y entender a los de mayor dependencia y los de mayor dependencia se sienten arropados e integrados con los de dependencia menor . Creando siempre un clima de cordialidad y respeto.

El grado de exigencia también variará en una sesión de cualquier taller. Por ej: en un taller de cálculo a un mayor con dependencia leve le puedo mandar que me haga operaciones de suma de tres cifras, a uno de dependencia moderada de dos o de una cifra y a uno de grave que pinte un número o que simplemente vea lo que hacen los demás. Para mi el objetivo no es que aprendan números sino crear el ambiente adecuado para estimular la capacidad del cálculo cada uno en la medida de sus posibilidades.

Suelo tener mucho problema con los analfabetos porque son reacios a colaborar por miedo a mostrar sus carencias (como nos pasa a todos, creo). Nunca les meto en un compromiso del que no puedan salir y si me equivoco me disculpo, no solo con ellos, con todos con los que me equivoque. Ya dice el refrán "el que tiene boca se equivoca".

Cada persona debe venir voluntaria a las sesiones de los talleres, nunca obligo a nadie. Es contraproducente. Eso sí, invito a todos los mayores a que vengan a participar o simplemente a ver. Tengo especial cuidado con los deterioros cognitivos moderados o graves que hay que tomar la iniciativa y nunca forzar.

Para mi algo muy importante es dejar que los mayores me enseñen. Las cosas no se hacen porque yo las digo y como yo las mando, se hacen por un motivo y de la manera que resulte más sencilla y si alguno sabe hacerla de otro modo pues que lo haga, siempre y cuando respete la finalidad de la actividad. Por ej: estoy llevando a cabo un taller de costura, la mayoría de las señoras mayores saben coser mucho mejor que yo y van aportando sus ideas. Al final aprendo más yo que ellas pero la finalidad no es que aprendan de mi sino estimular sus capacidades. También suelo incitarlos a que hablen de lo que saben, si una fue cocinera y hago un taller de cocina pues le pido que me ayude. Si uno fue capitán y hago una sesión sobre la vida en el mar dentro de un taller de memoria pues le pido que nos enseñe. Yo solo soy un medio para su estimulación.

En cualquier sesión puede haber imprevistos que modifiquen mis planes y tengo que afrontarlos, replantear in situ la sesión y adaptarme. Por Ej.: un nuevo ingreso. El grupo se modifica con cada nueva persona y hay que prestar atención al nuev@ integrante del grupo e intentar que se sienta lo más a gusto posible respetando siempre los tiempos de adaptación. Otros ejemplos: puede ser un apagón de luz, una visita inesperada, una indisposición...

Como podéis ver la flexibilidad es una cualidad importante para realizar mi trabajo y como dice otro refrán las cosas no son blancas o negras, todo depende del cristal con el que se mire. Al igual que hay que ser flexible a la hora de moldear una sesión con mayores también hay que ser inflexibles con ciertas normas como por ejemplo el respeto. En ningún taller permito la mínima falta de respeto ni hacia los demás ni hacia uno mismo.

Para ir acabando, la flexibilidad se aprende con la práctica, a adaptarse a las situaciones teniendo siempre el timón en las manos es una cualidad que se adquiere con los años yo tengo 32 años y me queda mucho por aprender y cada día intento estar abierto a aprender de cualquiera.

Un saludo